Hoy me han mandado esta conversación de un padre con su hijo. Me ha encantado y la quiero compartir con vosotros.
«Hoy he tenido que hacerle un justificante a mi hijo para su maestro del Instituto, ya que ha faltado a clase porque había ido al médico.
Evidentemente, lo he redactado correctamente, dirigiéndome a él de usted e iniciando el escrito con un ‘Estimado Sr. Profesor’.
Cuando mi hijo lo ha leído se ha quedado pasmado y me ha preguntado por qué escribía un simple justificante con tanta corrección, ya que solamente era para el profe.
Y ha añadido: ‘Ni que fuera el presidente del gobierno’.
Y le he respondido lo siguiente:
Querido hijo, posiblemente, un maestro es una de las pocas personas en este mundo a las que debes más respeto, ya que de él depende mucho que en el futuro seas una persona educada y con conocimientos.
De él dependen, también, los presidentes de gobierno y cualquier otra profesión.
Por sus clases han pasado todas las personas que nos encontramos en nuestra vida.
Presidente de gobierno puede ser cualquiera, como puedes ver en los últimos tiempos.
Maestros sólo pueden ser unos pocos; únicamente los dispuestos a llevar una vida de entrega y esfuerzo, generosidad, inculcando valores y conocimientos al bien más preciado de un padre: sus hijos.
Todos los días cedo mi puesto al maestro, durante una gran parte del día, para que colabore en tu educación, pero JAMÁS permitiría que un presidente del gobierno lo hiciera.
Por eso le demuestro respeto y afecto.
Si este justificante fuera para un presidente de gobierno, posiblemente ni siquiera lo escribiría, porque a un presidente de gobierno, a cualquier presidente de cualquier gobierno, le importa poco tu educación.
Me ha mirado sonriendo, y me ha dicho ‘tienes razón’.”